domingo, 5 de abril de 2009


Ciberespacios
Atteneri Galván Guanche

En una esfera cotidianamente virtual como la que inunda las relaciones sociales de un mundo cada vez más mediatizado, un sólo click será el responsable del azaroso converger de dos personajes al límite… un sólo click: Misántropo busca a misántropa. Materializados en Wilson y Vivian, lograrán trazar una red afectiva tangible -con Los Ángeles como telón de fondo- a través del canto desesperado de sus circunstancias. Una fórmula que podría resultar manida en cuanto a hilo argumental, un clásico “chico conoce a chica y viceversa”, que en este ejercicio fílmico cobra –al menos en la mayor parte de su metraje- una dimensión ajena a las etiquetas de simple comedia romántica independiente.

La comicidad deja paso a la desolación, la ironía colisiona en inquietud. Buscando un beso a medianoche (2008), logra evocar una atmósfera de inesperada espontaneidad en su transcurso. Inevitablemente puesta en relación con la brillante cinta de Linklater, Before Sunrise (1995), toma de ésta el vínculo que se establece entre unos personajes despojados de convencionalismos a la hora de arrojarse a una complicidad desmedida en un marco temporal limitado. Pero lo que en Linklater lograba constituirse como un círculo cerrado de perfecta coherencia y tono, en Buscando un beso de medianoche vemos cómo coexiste una trama bien estructurada junto a un desenlace de índole cuestionable cercano al folletín. No obstante, el carácter meritoriamente imprevisible de su núcleo -poseedor de una narración espontánea y elocuente, así como una bella fotografía en blanco y negro-, no se ve eclipsado completamente por las deficiencias que presenta. Casi una obra maestra si se pasa por alto un paso en falso que sin embargo, lejos de ser como aquellos misántropos del ciberespacio, no puede simplemente suprimirse a golpe de click.

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